Explora mundos auténticos y libres en juegos de mundo abierto. Descubre los secretos ocultos y juega como quieras con The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom.

Desde sus inicios, los videojuegos han sido una puerta de entrada a otros mundos. A diferencia de los libros y las películas, los videojuegos nos permiten explorar esos mundos de manera más profunda y auténtica. Es por eso que el concepto de los mundos abiertos ha evolucionado de un simple diseño de entorno a un género completamente diferente. Los mundos abiertos combinan geografía, arquitectura, poblaciones y eventos para crear un mundo vivo, donde la libertad de elección es fundamental.

La libertad es lo que realmente separa los mundos abiertos de los juegos lineales. Para algunos desarrolladores, esto significa ofrecer una amplia variedad de actividades, como un buffet, para garantizar que siempre puedas jugar libremente. Para otros, se trata de proporcionar herramientas para explorar el mundo como quieras.

The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom es un ejemplo de la filosofía de «jugar como quieras». Su mecánica central se basa en el auténtico sentido de la aventura que puede traer el descubrimiento orgánico y de forma libre. Su mapa está desprovisto de iconos de actividad, pero la arquitectura del mundo está diseñada para llamar tu atención y animarte a descubrir sus secretos ocultos.

La falta de dirección en los mundos abiertos puede ser limitante para algunos jugadores, que prefieren tener orientación y dirección. Este es el enfoque de los mundos abiertos más tradicionales, donde el mapa está poblado por docenas de iconos que representan una variedad de tipos de actividades. Pero un buen mapa de mundo abierto sabe cuándo señalar, cuándo insinuar y cuándo no decir nada.

El éxito de los mundos abiertos se basa en la simulación detallada del mundo físico. La reactividad del mundo a la presencia del jugador es fundamental para generar una sensación de autenticidad y realidad.